La teoría de la tierra hueca

Uno de los primeros escritos que teorizan con la Tierra Hueca es la obra Mundus Subterraneus quo universae denique naturae divitiae, de Athanasius Kicher, escrita en 1665.

En la mitología hindú se menciona la existencia de infiernos en el interior de la Tierra llamados Patala. Algunos atribuyen a la tradición budista el mito de Agharta, pero parece que fue creado por la escritora rusa Helena Blavatsky a mediados del siglo XIX, en la misma época que Julio Verne publicó su mítica obra Viaje al Centro de la Tierra.

Agharta es un país subterráneo fundado hace millones de años que se encuentra bajo el desierto de Gobi. Está gobernado por el Rey del Mundo, el verdadero dominador del planeta, y su capital es Shambhala, conectando así con las creencias budistas e hindúes del reino mítico de Shambhala, oculto entre las montañas del Himalaya. Se accede a Agharta a través de dos grandes agujeros en los polos, aunque también hay entradas en el desierto de Gobi, y otros lugares. En el centro de la Tierra hay un Sol interno que ilumina y da calor. 


Esta conexión ha hecho creer a algunos de los seguidores del mito de la Tierra Hueca, que su teoría está sostenida por el budismo y el propio Buda.

En las últimas décadas, uno de los iluminados que más ha contribuido a mantener vivo el mito de la Tierra Hueca ha sido el escritor italiano F.A. Giannini, que en 1958 publicó Los mundos más allá de los polos. Afirmaba que Richard E. Byrd, un aviador americano que había intentado llegar al Polo Norte volando, habría penetrado más de 2.300 millas con su avión en el interior de la Tierra, habría visto un mamut vivo,  y habría hablado con un ser de otro mundo.

De forma paralela a la literatura y las religiones, algunos científicos también creyeron en esta posibilidad. El más conocido fue Edmond Halley, que puso nombre al cometa Halley. En 1662 formuló una teoría en la que decía que la Tierra estaba formada por varias esferas concéntricas huecas, con un centro de lava que hacía las veces de Sol interior.

El militar americano John Symmes Jr. fue uno de los más activos defensores de la Tierra Hueca. En 1818 proclamó su teoría, similar a la de Halley, e intentó propagarla entre las más altas autoridades. Se hizo tan popular que tiene su propio monumento en Ohio:

Desde la ficción, el escritor que mejor ha reflejado la teoría del planeta hueco ha sido, como no, Julio Verne, con su inmortal Viaje al Centro de la Tierra (1864), en donde los protagonistas encontraban dinosaurios, monstruos gigantes y otros seres en el interior del planeta, comunicado con el exterior a través de los cráteres de los volcanes y géiseres.

Otros grandes escritores como Edgar Allan Poe, Edgar Rice Borroughs, H. P. Lovecraft o  Robert E. Howard ambientaron algunos de sus relatos en reinos y parajes ocultos en el interior de la Tierra.


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